Para cualquier metalero latinoamericano, el Wacken Open Air es lo mas cercano de estar en el paraíso. Es un festival de 4 días que a lo largo de mas de dos décadas ha tenido como cabezas de cartel a bandas como Iron Maiden, Motorhead, Blind Guardian, Doro, Savatage, Gamma Ray, Tankard, Crematory, Gorgoroth, Hypocrisy, Angra, Marduk, Napalm Death, Venom, Overkill, Innmortal, Stratovarius, Morbid Angel, Kreator, Slayer, Obituary y un largo, pero largo etcétera. El primer inconveniente de la mayoría es costear un viaje a Alemania por una semana, ya que no es nada barato, además del dinero, no es fácil desaparecerse de la vida cotidiana por ese tiempo, ya que trabajo, familia, estudios, compromisos, entre otros, lo impiden, tomando en cuenta que quienes pueden costearse un viaje así, normalmente no tienen el tiempo por trabajo o familia establecida, es decir, por ambas vías, para la mayoría es solo un sueño, incluyéndome.
He tenido ese sueño por muchos años, siempre fue algo muy poco probable, hasta que a inicios de este año, decidí que era este año o nunca. Todo comenzó por la parte agradable, la ilusión de ver a muchas de mis bandas favoritas en un mismo evento de varios días. Vi el cartel del Wacken de este año, y entre ellas estaban Megadeth, Accept, Amon Amarth, Alice Cooper, Avantasia, Marilyn Manson, Kreator, Ross the Boss, Primal Fear, Sonata Arctica, Annihilator, Possesed, Emperor, Europe, Mayhem, entre muchas otras, y para mi, solo con las anteriores ya valdría la pena el viaje.
Le comenté mi intención a varios amigos, y hasta ese momento, todos lo veían como eso, un sueño prácticamente inalcanzable, hasta que un amigo de la infancia originario de Sololá, me dio luces de esperanza. Me dijo que sería algo por lo que valdría la pena el esfuerzo. Cuando le compartí el cartel del Wacken de este año, al inicio lo vió como bastante bueno, luego de unos días, me comentó que quizá sería mejor esperar al año siguiente, pues las bandas de este año le llamaban poco la atención. Esa opinión la cambió inmediatamente cuando le mostré el cartel del festival español Leyendas del Rock, pues entre las bandas de ese festival se presentarían Tierra Santa, Epica, Obus, Rhapsody (en su gira de reunión), Hammerfall, Blind Guardian, Avalanch, Overkill, Medina Azahara, Saratoga, Sherpa, Saurom, Warcry, Lujuria, Rage, Angelus Apatrida, Sabaton, Amon Amarth, Megadeth entre otras. Esa abundancia de bandas de Heavy y Power español le llamó poderosamente la atención, y considerando que compartimos ese gusto por el metal español en español, era para nosotros una gran diferencia comparado al cartel del Wacken.
Hasta ese momento todo era emoción, la posibilidad de ver a muchas de nuestras bandas favoritas en un mismo festival de cuatro días, era algo muy emocionante, ya que en nuestro pais, incluso en latinoamérica, un festival de esa magnitud prácticamente no existe. Luego de unas semanas con la idea, nos reunimos para platicar sobre las necesidades reales para el viaje, sobre todo dinero y compromisos. Cada uno se las arregló para los permisos en nuestros respectivos trabajos y luego nos sentamos con cabeza fria e hicimos números de los gastos en boletos de avión, tren, taxi, transporte, hotel, entrada al evento, comida, una que otra cerveza, playeras, entre otros. Este último gasto sería mas que todo mío, ya que me encantan las playeras y sabía que mínimo debería traerme unas seis o siete.
Con los cálculos aproximados de gastos y con la decisión tomada, empezamos a hacer los tramites y cumplir con los requisitos para el viaje, boletos de avión, pasaportes, reservaciones de hotel, dinero en efectivo, estados de cuenta, carta de invitación al evento, todo lo anterior consultado directamente en la embajada de España, para no tener sorpresas por falta de algún tramite o documento, aunque en realidad no son muy específicos pues no dan información por teléfono, únicamente presencial, y al llegar lo único que dan son dos hojas con información para cualquier persona que desee viajar, sea éste por trabajo, religión, deporte, turismo o similar, y por ser un evento al aire libre y para acampar, carecíamos de reservación de hotel, así que tuvimos problemas para saber exactamente que documentación necesitábamos. Con boletos en mano y euros en diferentes denominaciones, se llegó el 8 de Agosto, y con la maleta lista con espacio para llenarlo de recuerdos, y preparados psicológicamente para esas casi trece horas de viaje, salió nuestro vuelo a las 17:25 hora de Guatemala con parada en El Salvador y destino a Madrid.